Desde los inicios del Vertedero, hemos tenido claro nuestro objetivo: crear una plataforma lo suficientemente grande y poderosa para ayudar al máximo número de personas posible. Al principio, nos enfocamos en transmitir un mensaje inspirador a nuestra audiencia y consumidores, animándolos a crear, a romper los paradigmas de una sociedad que a menudo no valora la creatividad, o simplemente ofrecer un refugio seguro para escapar de la abrumadora cotidianidad.
Gracias a Dios y al esfuerzo dedicado al proyecto hasta ese momento, el 21 de noviembre de 2022 nació la idea de hacer algo aún más grande. Para mí, en ese momento, la vida nos había bendecido con oportunidades de crecimiento, y sentíamos que era nuestro deber devolver esas bendiciones al mundo. Fue en esa madrugada cuando surgió la idea de «VertedeNavidad», una recaudación de fondos para regalarles la Navidad a niños y familias que más lo necesitaran.
¿Cómo lo logramos?
Honestamente, no tenía ni idea por dónde empezar o a quién acudir. La primera persona a la que compartí la idea fue quien luego sería el codirector de este proyecto: Nicolás Aguirre. Con un mensaje simple de «Oye, Gordo», le conté lo que estaba planeando y fue él quien, con fe y emoción, contactó a la fundación GALHER, que trabaja para mejorar la calidad de vida de niños con diagnósticos de enfermedades crónicas degenerativas.
Pero todo esto se ha logrado gracias al apoyo de Dios, nuestras familias y las personas que se han unido a la causa a través del contenido que creamos. Aunque aún no somos un proyecto que genera grandes cantidades de dinero, no tenemos patrocinios de marcas ni somos ricos, simplemente hacemos lo que podemos con lo que tenemos, buscando el apoyo de la gente todo el tiempo.
El camino para llevar a cabo esa primera Vertede Navidad ha sido el reto más grande que he enfrentado en mi vida. El compromiso adquirido y las ganas de hacer realidad los sueños de todos los niños me llevaron a experimentar un desgaste físico y emocional nunca antes experimentado, pero al mismo tiempo, me otorgaron sabiduría y comprensión sobre la vida, la empatía, el compromiso y la responsabilidad que ahora me acompañan en todo lo que hago. La sonrisa de los niños al ver los regalos, la forma en que todos nos recibieron en la fundación y el amor que se sintió, son sentimientos que aún no puedo describir completamente con palabras.
Hagamos el cambio juntos
Por eso te invito a que, si te gusta esta causa, no dudes en escribirnos para poder seguir colaborando en causas sociales que impulsen a crear un mejor país, un mejor mundo.